Ley de Ohm

La ley que abrió las puertas de la electrónica de nuestra era.

Nuestra vida está repleta de dispositivos electrónicos. Algunos más simples. Otros más complejos. Pero todos tienen en común una serie de elementos que los conforman. Uno de esos elementos son las resistencias –o, en su defecto, el concepto de resistencia eléctrica aplicado a otros elementos. Cualquier cable por el que circule una corriente eléctrica cuenta con una determinada resistencia al movimiento de electrones. Y, por lo tanto, cualquier dispositivo electrónico cuenta con resistencias que regulan y afecta a las corrientes eléctricas.

Es por esto por lo que la ley que, en el siglo XIX, Georg Simon Ohm descubrió es considerada una de las fundamentales para la electrónica moderna. Esa ley, como muchos ya habrán deducido por el nombre del físico que la “descubrió”, es la Ley de Ohm. Esta se resume en:

La intensidad de corriente que circula por un conductor (medida en Amperios) es directamente proporcional a la diferencia de potencial existente entre sus dos bornes (medida en voltios) e inversamente proporcional a la resistencia que presenta ese conductor al paso de dicha corriente (medida en ohmios)”. En otras palabras: la intensidad es igual al voltaje dividido entre la resistencia.”

La Ley de Ohm desde dentro

¿Qué ocurre en los conductores para que la ley de Ohm se cumpla? Empecemos definiendo algunos conceptos:

Intensidad de corriente. Medida en amper. Se llama “intensidad de corriente” a la cantidad de electrones que pasan por un tramo en una unidad de tiempo determinada. Podemos comprenderlo mejor si pensamos en corrientes de agua. La intensidad de corriente sería la cantidad de agua que circula por una tubería en un tiempo determinado.

Tensión. Dependiendo de la situación, también llamada diferencia de potencial o fuerza electromotriz. Es la diferencia de “energía potencial” existente entre dos puntos, necesaria para generar la corriente eléctrica. Técnicamente, se conoce como la fuerza con la que los átomos ionizados de un punto (con menos electrones de lo ideal) atraen a los electrones de que sí existen en otro punto. Para comprenderlo mejor, podemos asemejarlo también con una corriente de agua. La diferencia de potencial sería la diferencia de altura o la pendiente existente entre dos puntos unidos por una tubería. Cuanto mayor sea la pendiente o la diferencia de altura entre ambos puntos, más se favorecerá al paso del agua. Si no existe diferencia de altura o pendiente, no existe circulación de agua.

Resistencia. Todos los elementos presentan una resistencia al paso de corrientes eléctricas por su interior. Dependiendo del material, la fuerza con la que los átomos atraen a los electrones que orbitan a su alrededor es mayor o menor. Si lo asemejamos de nuevo con las corrientes de agua, la resistencia sería el número de obstáculos que puede haber en el interior de dicha tubería. Cuantos más obstáculos, más difícil será el paso de corriente.

Con estos conceptos en mente, entender el porqué de la Ley de Ohm es realmente sencillo. Si tenemos un circuito con una diferencia de potencial (tensión), se incita considerablemente al paso de corriente (intensidad). Pero a ese paso de corriente se ve limitado por la oposición que presenta la carga al movimiento de dichos electrones.

LAS TRES MAGNITUDES ELÉCTRICAS BÁSICAS QUEDAN RELACIONADAS CON ESTA LEY

Comparando con un circuito hidráulico: si la pendiente de la tubería es mayor, se incita a un mayor paso de agua. Pero, obviamente, tendremos que restar el número de obstáculos que hay en el interior de la tubería (como pueden ser filtros o reguladores) y que dificultan el paso de dicha corriente de agua.

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